¡Buenas lectores!, veréis llevamos un tiempo, tanto Max como yo, queriendo abrir una etiqueta de “paridas” así que os vamos a poner cuatro situaciones que nos han ocurrido en la vida real, y aunque quizás no tenga mucha gracia, a nosotros nos lo parece por lo que esperamos que os riáis tanto como nosotros en el momento.
MP3 (Max)
Hace poco me dejaste, mi querido compañero de viaje. Tantos pasos a tu lado, han hecho que no olvidara tu pequeño afán por llenarme la vida de música y color.
Tú, que has aguantado el asfixiante calor del verano en mi bolsillo, pero que en el duro invierno, te resguardaba de la lluvia.
Tú, que has caído conmigo y has soportado heridas en tu carcasa por mis descuidos.
Tú, que sobreviviste a un centrifugado de lavadora y a una caída en la ducha... pero aún así seguiste dándome música como otros pocos hubieran hecho.
Pero ahora, te has ido... llenando mi mundo de absoluto silencio... dejaste de vivir para irte a un mundo paradisíaco.
Desde mi corazón te quiero decir, mi querido MP3, gracias por estos 4 años de absoluta vida llena de música.
Haciéndole el boca a boca a un auricular de mp3 (Mar)
Estaba yo, tranquilamente, preparando lo próximo a fregar en la noche, pues como soy una olvidas, había dejado para última hora el fregar, así que a medio oscuras, por no tener apenas luz (estaba la lámpara jodida) estuve medio cantando y medio bailando dándole al estropajo, cuando siento como algo se desprende de mi oreja y veo a cámara lenta como el auricular cae ahogado en un mar de jabón y agua sucia con restos de comida.
Mentalmente pensando: “mierda, me cabuen…, en dos meses tres cascos... si es que soy la hostia…" sí soy una bruta y descuidada con mis cascos, en fin, al tema.
Me sequé las manos en el trapo y corrí a socorrer a ese instrumento que hace que duerma por las noches, puse mis labios alrededor y sorbí su interior (jabón y agua) y lo escupí al lavabo, lo sacudí, le volví a hacer el boca a boca, lo sequé y lo probé….
¿Y sabéis que es lo mejor? Que ahora se oye mejor que antes…
Pajarito (Max)
Érase una vez que se era, en una de esas tardes cálidas de verano, mi amiga Mar y yo subíamos las escaleras de su casa cuando, en uno de los patios interiores, vimos a un pobre pajarito que no tenía el suficiente espacio para echar a volar.
Mar me miró con ojitos para sacarlo de ahí, por lo que me armé de valor, cogí la escalera de su portal y, abriendo la ventana (se me olvidaba comentar que ese patio carece de puerta) bajé una altura de 2´5 metros de altura. Tuve mucho miedo, pues la escalera se movía demasiado jeje…
Llegué abajo viendo al pajarito ahí, en una esquinita escondido… y bueno, comenzó aquí mi pelea con él para cazarle, pues jamás había atrapado a un pájaro con mis manos. Conclusión, al final Mar tuvo que bajar a por el… ¡¡y se dejó coger!! Se nota que tenía maña… jajaja.
Bueno, pues tras esa aventura para coger al animalillo, lo subimos a casa para soltarle. Pero el enano (o enana no sé) le cogió cariño a Mar y no se quería separar de su lado. (Ahora que Mar no nos oye… casi se emociona cuando el pájaro no se separaba de ella ;P) Al final el pajarito saltó de sus dedos y se poso en la cuerda de tender, y no os miento, se pasó ahí como unos 10 minutos.
Luego echó a volar perdiéndose en el infinito cielo. Fin
Nuestras salsas (Mar)
Sé que es estúpido pero… ¿Os habéis dado cuenta que si el día del mundial hubiéramos comido perritos calientes con mostaza y ketchup, hubiéramos apoyado a España sin saberlo?
Siento que esto último sea tan tonto, pero estaba cenando salchicha y de repente lo he pensado, lo sé, no soy buena contando chistes, buaaa… me voy a un banco a llorar, hala Max todo tuyo…
Max: ¿Todo mío? Pero si esto ya es el fin de la entrada... bueno, un saludo lectores ^^