Hola lectores, la verdad es que tengo muchos temas en la cabeza, pero éste se me hace muy recurrente, más de lo que quisiera y lo tenía pendiente.
Hace nada, presenté a mis pequeños..., y me resulta difícil escribirlo.
Mi niño rubio me ha dejado, llevaba una semana respirando raro y aunque la semana anterior le mandamos a hacer pruebas cuyos resultados eran normales... cuando lo llevamos al vete dos días después, descubrieron un tumor en un pulmón y encharcamiento en el otro, cuando iban a intervenirlo para sacarle el líquido y mejorar su respiración, sufrió un infarto.
No se pudo hacer nada.
Desde ese momento, porque es una entrada que la verdad, la tenía empezada hace un tiempo pero no pude terminarla, y si hoy puedo, es porque he estado ordenando la casa, descansando y sin parar de pensar en las diferentes cosas que me han pasado ah, y cagándome en los dichosos mosquitos, el caso es que ya ha pasado un tiempo y, aunque quizás no merezca la pena ni publicarlo, una parte de mí necesita hacerlo.
Maxko ya ha publicado hasta su foto en el rincón de nuestros héroes hace tiempo.
Mosto se fue al poco de cumplir los dos años, era un celoso redomado, era mi pequeño guardián celoso, cuyo mordisco me ha dejado una hermosa cicatriz en la mano por evitar que mordiese a su hermano por posesión, el mejor regalo que podría tener de él, porque siempre me acompañará, al igual que el tatuaje de Momo.
Han sido mis dos pequeñajos, mis dos soles que uno se ha ido demasiado pronto, la verdad, y aunque sé que ha sido terriblemente feliz, también sé que hubiera deseado estar más tiempo con nosotros, igual que Momo, que en sus últimos esfuerzos nos comió a besos.
Mosto no quiso que viésemos cómo se iba y aunque por una parte me duele, sé que lo hizo por nosotros.
Sin embargo no todo es tan malo, dicen que cuando una puerta se cierra otra se abre y, aunque tardamos un tiempo en pensarlo, finalmente decidimos adoptar a otro pequeñajo, por varias razones y la verdad, el permitírnoslo no era una de ellas, porque no es lo mismo alimentar a dos que a tres, ni sus cuidados ni sus vacunas pero, los hermanos que Mosto dejó solitos comían menos, se movían menos y nos seguían como nunca habían hecho anteriormente, se ponían donde solía tumbarse Mosto y cuando olieron la toalla de Mosto se lanzaron a lamerla.
Obviamente lavamos la toalla, después, ya que solo queríamos que supieran que Mosto no iba a volver, fueron unos días terriblemente duros para ellos y para nosotros, y al ver que pasaban los días, empezamos a pensar que si ellos tuviesen cinco años o así, podríamos no plantearnos la idea de tener otro y fue entonces cuando visité una página de adopciones y me entró el gusanillo que no se quitaba, pero esperamos un mes y ahora, después de casi dos meses tenemos a otro orejotas por aquí y estamos los cinco con una gran sonrisa.
Además que el peque que hemos adoptado, Panda, tiene una historia pese a ser tan joven, tiene cicatrices en las orejas y posiblemente en algunos pliegues de su piel, porque no tiene la piel lisa como sus hermanos, vino muy asustadizo y aún a veces se tensa, a pesar de ser un conejo terriblemente pachón y limpio no confiaba en nadie, ni siquiera en sus nuevos hermanos (normal por supuesto) y ahora juegan, se comen a besos y corren, no sabéis la alegría que da verles correr.
La Asociación Corazones Olvidados Granada que lo cuidaba nos dijo que era como un abuelito y la verdad, me alegra haberlo adoptado, porque le hemos devuelto su adolescencia. Agradezco y agradeceré siempre a esta Asociación el cómo trata a los animales, son súper majos, se adaptan a cualquier circunstancia y sobretodo no se rinden, tratan a los animales como seres vivos no como mascotas y son súper serios y muy legales.
Lo recomiendo para cualquiera que quiera adoptar y animo a echarles una mano con casas de acogida por la zona, que ahora en verano es lo que más necesitan y siempre ADOPTAR antes que comprar, hay muchos animales con historias muy tristes en sus lomos, igual que muchos humanos pero ellos están solos, no tienen nuestros medios para pedir ayuda.
Hay un montón de cosas que querría contar, porque llevo un año bastante movidito la verdad, con los cambios del trabajo, de la cantidad de personas que estoy conociendo y todo lo que eso conlleva, aprendizajes, lecciones de vida... y la cantidad de pensamientos y cosas que ocurren, por no hablar, como ya sabéis, de la boda, así que tengo un cacao bastante grande en general y sin parar, por lo que si me ausento algunos meses, lo siento de antemano.
Pero por el momento, pienso mucho en mis peques, tanto en los que están como los que llevo en mi pecho y bienvenido Panda.
Hasta la siguiente :)